Ella sobrevivió a pesar de mí mismo.Nunca tuve tanto miedo como cuando permití que las consecuencias de mis errores destrozaran el corazón de la mujer de mi vida.Nunca fui tan ambicioso como cuando me propuse conservarlo todo, para terminar no teniendo nada.Nunca me sentí tan vacío como cuando volví a verla, gracias a la cláusula descabellada de un testamento que me removería por dentro. Ni tan valiente como cuando decidí que merecía la pena tentar...