Suena el despertador, te levantas, y vas a trabajar. Trabajas, vuelves a casa, y te vuelves a acostar. Una y otra vez, la rutina se apodera de tus d as. Y aunque est s haciendo lo que debes, tienes esa inconfundible sensaci n de que falta algo. Nada esencial en tu vida deber a cambiar, y a la vez todo podr a ser mejor. Cuando los rboles no dejan ver el bosque debemos dar un paso atr s, y con la calma que se merece, situar nuestra vida y a nosotros...