La mayor a de nosotros somos personas corrientes que tenemos d as buenos y d as malos. Nuestras vidas son radicalmente ordinarias y poco emocionantes. Eso significa que son la clase de vidas que a Dios le fascinan. Mientras que el mundo alaba la belleza, el poder y la riqueza, Dios oculta su gloria en lo simple, lo trivial, lo insensato, y act a en personas, cosas y lugares sin ning n esplendor. En nuestra poca de adoraci n a los influentes y de...