En la terraza del Valchette, o desde alg n banco del Luxemburgo, me fijo singularmente en los ex ticos que desfilan. Y me llama sobre todo la atenci n el negrito del panam , un negrito negro, negro, con un panam blanco, blanco. Es un negrito delgado, gil, simiesco, orgulloso, pretencioso, pintiparado, petimetre, suficiente, contento y como danzante. Par s contiene varias clases de hijos de Cham, pero este negrito a ninguna de ellas pertenece. No...