Nunca dese buscarla, jam s la anhel , pero su mera presencia basta para sanarle el alma y despertar su coraz n. Duncan siempre supo que ah fuera hab a una mujer para l. Alguien que no solo ser a capaz de perdonar los pecados del hombre, sino que tambi n aceptar a a la bestia que habita en su interior. Sin embargo, no se ha permitido a orarla ni en sue os, hasta ese preciso momento en que un delicioso aroma irrumpe en su habitaci n despertando su...