Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros. 2 Corintios 4:7 El anhelo de Dios es morar con Su pueblo, no solo visitarlo. El mayor da o que se produjo en el huerto del Ed n fue el quiebre de la conexi n profunda entre Dios y Ad n. Dios no se ha detenido en su deseo de restaurar esa conexi n con el hombre. Muchas veces el problema es que el hombre no quiere ese nivel de relaci n con Dios...