Todos los seres humanos estamos expuestos a enfrentar adversidades. Ser creyentes no nos exime de eso, pero tenemos la promesa de Dios de que al final, la victoria es nuestra. Sin embargo, mientras las atravesamos, con frecuencia olvidamos qui nes somos en Cristo.
Nuestras reacciones humanas pueden entorpecer la manifestaci n de la victoria, y hasta empeorar nuestra situaci n. Cuando
termina la crisis, seguimos lamentando lo perdido,...