Vivimos en un territorio medi tico hostil, donde toda actividad period stica pareciera estar destinada a generar titulares de alto impacto, obsesionada por una agenda pol tica que arde en llamas y que deja poco -o ning n- espacio para reflexionar sobre otros aspectos de la venezolanidad: una expresi n cultural mucho m s diversa y m vil que la aridez sofocante del griter o proselitista. Como contraparte a ese delirio reduccionista, la revista Marcapasos...