Atravesando las heridas tenemos acceso a nuestro auténtico núcleo. En toda lesión este núcleo está dentro de nosotros intacto e ileso. Si lo descubrimos, dejamos de culpar a nuestros padres. No nos quedamos en las heridas sino que vemos a través de ellas hacia nuestra verdadera esencia, hacia nuestro ser original. A este núcleo auténtico llegamos al observar nuestros sueños de vida que tuvimos...