einte a?os hace, poco m?s o menos, que al declinar una tarde del mes de junio un joven de hermosa presencia atravesaba a caballo los campos pintorescos que riega el T?nima, y dirig?a a paso corto su brioso alaz?n por la senda conocida en el pa?s con el nombre de camino de Cubitas, por conducir a las aldeas de este nombre, llamadas tambi?n tierras rojas. Hall?base el joven de quien hablamos a distancia de cuatro leguas de Cubitas, de donde al parecer...