Entonces no era mi pueblo la mitad de lo que es hoy. Compon anle cuatro barriadas de mala muerte, bastante separadas entre s , y la mejor de sus casas era la de mi padre, con ser muy vieja y destartalada. Pero al cabo ten a dos balcones, ancho soportal, huerta al costado, pozo y lavadero en la corralada, y hasta su poco de escudo blasonado en la fachada principal. Nunca pude darme cuenta de lo que ven an a representar aquellos monigotes carcomidos...