Aunque se ame y se respete la virtud, no se debe creer que sea tan vocinglera y tan espantadiza como la de ciertos censores del d a. Si hubi ramos de escribir a gusto de ellos, si hubi ramos de tomar su rigidez por valedera y no fingida, y si hubi ramos de ajustar a ella nuestros...
Aunque se ame y se respete la virtud, no se debe creer que sea tan vocinglera y tan espantadiza como la de ciertos censores del d a. Si hubi ramos de escri- bir a gusto de ellos, si hubi ramos de tomar su rigidez por valedera y no fingida, y si hubi ramos de ajustar a ella...