Y si los dragones fueran reales?
Y si todos esos avistamientos en lagos africanos y en los oc anos de Indonesia fueran ciertos? Y si los hemos confundido con dinosaurios? Y si fueran capaces de volar, de respirar bajo el agua, de reproducirse...?
En la que considera la m s querida de sus novelas, Bef nos cuenta que la respuesta a todas esas preguntas pudo haberse hallado en el barrio chino de Mexicali, Baja California, en el M xico posrevolucionario...