Un rey sin heredero, un reino sin rey. Cuando en 1406, el rey Enrique III de Castilla muere, su hijo Juan, de apenas un a?o, es proclamado rey. Para proteger a su sucesor, Enrique III hab?a determinado en su testamento que su esposa, la reina Catalina de Lancaster, y el infante don Fernando de Trast?mara fueran los regentes hasta que el rey-ni?o tuviera edad suficiente para gobernar. Sin embargo, pronto surgir?n graves desavenencias...