La esposa que Dios me ha dado y a quien con suma gratitud he consagrado mi amor, mi estimaci n y mi ternura, jam s se ha envanecido con sus escritos literarios, que considera como meros ensayos; y no obstante la publicidad dada a sus producciones, tanto en Colombia como en el Per , y la benevolencia con que el p blico la ha estimulado en aquellas rep blicas, ha estado muy lejos de aspirar a los honores de otra publicidad m s durable que la del periodismo...