En el transcurso de nuestra existencia nos azotan muchas tormentas que tienden a amedrentarnos. Sin embargo, para que algo te amedrente tienes que reconocer que es m s poderoso que t y, adem s, que no tienes quien te ayude. Por otro lado, podemos ver a los jovencitos en las calles de cualquier metr poli, que no se dejan amedrentar por nadie, a veces ni por la polic a. La raz n es que saben qui n les respalda. No se amedrentan porque "saben qui n...