No existe tradici n m s mexicana que la de los corridos, las her icas baladas que celebran a los de abajo -- a los fugitivos y pistoleros. Al igual que las baladas de Robin Hood o de Jesse James, los corridos han sido para los pobres una manera de enaltecer a sus h roes. Los corridos siguen, pero sus h roes han cambiado: ahora son c lebres los narcotraficantes.Elijah Wald cuenta la fascinante historia de esta nueva versi n de una vieja tradici n:...