Cuando nuestro se or jes s ascendi al cielo, dej entre nosotros la promesa de que enviar a su Esp ritu para consolarnos y guiarnos en esto tan complicado que llamamos vida. Sin embargo, con el pasar de los a os, da la impresi n que algunos en el Cuerpo de Cristo han olvidado el privilegio de tener al Esp ritu Santo habitando entre nosotros y subestiman la capacidad para la cual fue enviado. En su libro Mi mejor amigo, el pastor Ricardo...