La medicina de la que este libro se ocupa carece de dispensarios, de m dicos de cabecera, de ambulatorios, de especialistas, de quir fanos, de ambulancias y hasta de medios de comunicaci n desarrollados. Se habla en l de un tiempo en el que cada cual ech mano de los recursos de que dispon a y de los conocimientos transmitidos, con sus aciertos y sus errores, de generaci n en generaci n. Y cuando ni esos recursos serv an, se encomendaba uno a Dios...