Juan era un peque o encerrado en s mismo. No era de tener amigos. Se crio solo en un orfanato. Nunca se supo qui nes eran sus padres. Su infancia fue gris y mon tona. No sab a lo que era la felicidad. Tampoco sab a lo que era re r. Se manten a callado durante horas mirando a la nada. Estudiaba lo que ten a que estudiar. Se levantaba de ma ana a la hora que ten a que levantarse. Podr a decirse que era un mero reloj biol gico que hac a lo que le dec an que ten a que hacer. Su carencia de emociones era un tema recurrente que generaba preocupaci n entre las autoridades de la instituci n. Lo observaban constantemente para seguir la evoluci n de lo que interpretaban como depresi n infantil. Tem an por su salud mental. Todos los ni os que estaban all hab an vivido distintos tipos de tragedias. Pero a pesar de ello manten an cierto humor m nimo que denotaba algo de felicidad. En el caso del peque o Juan todo era una mon tona amargura, inexpresiva y deprimente. Pasar un tiempo a su lado daba tristeza. Era un caso especial. Como muchos ni os de noche ten a pesadillas. El problema consist a en que eran recurrentes. Una legi n de monstruos siempre estaba tras l. Pod a escuchar sus rugidos. Pod a sentir su aliento cerca de l. Es como si saltaran o volaran muy cerca. Pasaba noches enteras so ando que corr a por un pasillo indefinidamente huyendo de estos monstruos. Producto de unos dibujos alterados que hab a hecho en el colegio las autoridades del orfanato decidieron que era hora de darle asistencia psiqui trica. Su obsesi n con los monstruos estaba superando los l mites admisibles de la cordura. A pesar de empezar a recibir medicaci n con tan temprana edad. Y todas las sesiones de terapia. No hab a forma de sacarle las pesadillas. Cada vez se hac an m s intensas y v vidas. No eran pocas las noches que aparec a con la cama mojada producto del p nico que sent a en sus sue os. Tristemente por el sistema de orden reinante en la instituci n. Cada vez que suced a esto en vez de contenerlo lo obligaban a limpiar todo completamente desnudo. Y as dormir sobre la cama sobre el colch n dado vuelta. Aunque fuera en invierno. Cuando ten a que identificar una profesi n que quisiera ser cuando sea grande era la de polic a. Sus psicopedagogos entend an que era inclinaci n era debido a que se consideraba distinto al resto. Y prefer a una imagen de poder para proyectar su auto segregaci n en el futuro. Ser polic a para l era la forma de luchar por la verdad y la justicia. De una manera muy infantil pero precoz a la vez se daba cuenta que era injusto que sus padres biol gicos lo hubieran dejado en un lugar como ese. Pensaba que ser polic a lo iba a poner directamente del lado de la ley y que iba a poder arreglar el mundo. Empezando por aquellos ni os que no tuvieran padres.
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