Un d?a como cualquier otro, Eva y su prima, Marta, decidieron jugar a la Ouija. Colocaron el dedo en el vaso de cristal, que creci?, creci?, creci? y se las trag?! A partir de entonces, sus vidas cambiaron para siempre. Despertaron en un lugar tan extra?o... Su nuevo objetivo vital, de pronto, era superar niveles (mejor dicho: sobrevivir a ellos), si es que quer?an salir de all? y regresar a casa. Era como si sus vidas se hubieran convertido...