Ning n ser humano es invulnerable al influjo que ejerce en nuestra especie y posiblemente en todos los primates el poder. D ndose la paradoja de que este es insaciable, entre m s se tiene m s se ambiciona y cuanto m s tiempo se ha disfrutado m s se codicia. Por eso nadie deber a ostentar nunca un poder absoluto, ni mantener una posici n dominante indefinidamente, ni ocupar un cargo p blico mucho tiempo, ni ser pastor religioso perpetuamente ya que...