Para Sherlock Holmes, ella es siempre la mujer. Rara vez le o mencionarla de otro modo. A sus ojos, ella eclipsa y domina a todo su sexo. Y no es que sintiera por Irene Adler nada parecido al amor. Todas las emociones, y en especial sa, resultaban abominables para su inteligencia fr a y precisa pero admirablemente equilibrada. Siempre lo he tenido por la m quina de observar y razonar m s perfecta que ha conocido el mundo; pero como amante no habr...