"Alicia empezaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la ori- lla del r o, sin tener nada que hacer: hab a echado un par de ojeadas al li- bro que su hermana estaba leyendo, pero no ten a dibujos ni di logos. Y de qu sirve un libro sin dibujos ni di logos?, se preguntaba Alicia. As pues, estaba pensando (y pensar le costaba cierto esfuerzo, porque el calor del d a la hab a dejado so olienta y atontada) si el placer de tejer una guirnalda...