Lo nico que pod a salvarlo era la m sica. sta se hizo presente desde su infancia, cuando iba a la playa y, en lugar de cumplir con el mandato del padre, dibujaba grafismos en la arena, siendo uno de sus favoritos la clave de sol. La realidad lo fue ubicando en diversas actividades en donde no encontraba satisfacci n. En sus relaciones personales tampoco hallaba la plenitud, hasta que un d a crey haber encontrado la puerta para descubrir la paz...