Una de las caracter sticas sorprendentes de la pandemia fue su repentino estallido y su igualmente s bito declive, como una llama que consume material altamente combustible, y se apaga tan pronto como se agota el suministro del material. Hay toda raz n para creer que, en cuesti n de semanas desde su aparici n, la infecci n se hallaba universalmente presente en la nariz y garganta de las personas, diseminada por innumerables portadores mediante las...