La difuminaci n de los l mites entre la humanidad, la tecnolog a y la naturaleza crea profundos interrogantes para la ontolog a y la antropolog a teol gica, incluso cuando esos anhelos de trascendencia reavivan la imaginaci n religiosa y teol gica. Para muchos, el nfasis en la tecnolog a y la informaci n compromete la comprensi n cristiana de la encarnaci n y la teolog a de la encarnaci n que se deriva de ella. Otros ven una oportunidad para un compromiso...