Una celebraci n al poder de la empat a y a la comunidad dominicana en Estados Unidos Noche tras noche, una peque a observa c mo su mam arma una camita en la sala de su apartamento en Washington Heights, para los invitados como Raquel (quien es un poco aburrida) y Edgardo (que deja migajas por todas partes). Le molesta que los ni os que llegan a dormir tengan toda la sala para ellos y la vista de las ventanas al puente George...