Kakurenbo, el juego del escondite, era el favorito de Ryokan cuando era un ni o y sirve de met fora de su vida, y posiblemente de todas nuestras vidas: cruzar la puerta y esconderse, despu s salir bajo la luz de la luna, y, por decirlo as , entramos y salimos de nuestras experiencias en un intento de encontrarnos a nosotros mismos, de encontrarnos unos a otros, mientras vamos entrando y saliendo de nuestra conciencia y de los estados de realizaci...