La buena noticia (euangelion) del Mesias crucificado y resucitado fue proclamada primero a los judios en Jerusalen y luego a los de toda la tierra de Israel. En Jerusalen crucificada, Jerusalen resucitada, Mark Kinzer sostiene que este publico inicial y el entorno geografico del euangelion son inseparables de su contenido escatologico. Aunque la buena noticia es universal en su preocupacion y cosmica en su alcance, nunca pierde su conexion particular...