As como el sol no brilla solo para s mismo ni los r os beben su propia agua, influenciar a otros es un rasgo org nico de la creaci n de Dios, y tambi n nosotros fuimos hechos para afectar la vida de otras personas y nuestros contextos. Dios hizo al ser humano para la influencia y debemos administrar nuestra capacidad de afectar a otras personas y nuestros entornos con sabidur a. Este libro responde preguntas como:...