Bien. Desde ahora, G nova y Lucca no son m s que haciendas, dominios de la familia Bonaparte. No. Le garantizo a usted que si no me dice que estamos en guerra, si quiere atenuar a n todas las infamias, todas las atrocidades de este Anticristo (de buena fe, creo que lo es), no querr saber nada de usted, no le considerar amigo m o ni ser nunca m s el esclavo fiel que usted dice. Bien, buenos d as, buenos d as. Veo que le atemorizo. Si ntese y hablemos...