Enamorarse es hablar corto y enredado recupera el poder de una conversaci n, del intercambio. En un banco de plaza, Ana y Pedro se conocen. Una mariposa vuela sobre el primer di logo, y ella, la muchacha de ciudad, dice que es finita como un papelito. l, hombre de campo, la nombra et rea, impalpable, as como si fuese un ser del cielo. El encuentro entonces se hace c rculo, una serie de giros que encuentran su eje en el encantamiento.