«Lo absorbi el fr o, sus despe aderos azules, un precipicio hondo, solemne, como de catedral .
En un lugar donde la neblina y el aguacero libran una batalla a muerte, Jerem as busca sin tregua a su nieta. Pero toda amenaza con impedir el encuentro: la plaga de ratones muertos que inundan las calles, la inescrutable due a del hotelucho donde se hospeda y su asistente enana, el albino siniestro que guarda un secreto,...