www.elregresodelheredero.com Sobre la mesa hab?a un viejo tomo. Desesperado, lo abriste por su primera p?gina, preparado para acabar con todo de una vez y para siempre. Al hacerlo descubriste que junto a la mesa hab?a un peculiar espejo de bronce en el que se reflejaba tu rostro con retorcida claridad. El aut?ntico rostro del Mal. Y all? estaba yo, la otra parte de tu existencia que te hab?a acompa?ado durante todo...