De ni?o me fascinaban los caballos. Esos animales poderosos y nobles que se dejaban poner unas riendas abandonando sus deseos de libertad por una comida diaria. Enseguida supe que entre hombres y caballos la ?nica diferencia era el idioma.Mi padre me ense?? a nadar y yo aprend? a correr hacia cualquier horizonte que se saliera del mapa intentando evitar que me pusiesen riendas y conformarme con esa comida diaria. He sido joven, aventurero, ladr?n,...