Muchas veces echan en cara los incr dulos a los adoradores de Jesucristo que creen sin examinar todo lo que es favorable a la Religi n, o que no la examinan sino con el esp ritu alucinado con las preocupaciones de la ni ez y de la educaci n. Para sondear los arcanos de la Religi n y conocer su hermosura, es preciso meditar por mucho tiempo. Ella es como un abismo de majestad y grandeza, el cual se presenta a los sabios tanto m s profundo, cuanto m...