Oh t , ninfa gentil del Manzanares, que entre las m s bellas y graciosas que triscan en su orilla, de fragantes flores la sien orlada, el albo cuello de oro de ofir y perlas del Oriente, descuellas como suele alba azucena predilecta de Flora en el risue o cultivado jard n Torna un instante a m los ojos, do el amor se anida, t rnalos, pues, a tu amoroso hermano, y oye su voz y los llorosos versos con que pinta el furor de las pasiones, la austeridad...