Imag nese que un d a tiene conocimiento de la existencia de alguien que intercambia grandes fortunas por tiempo, su tiempo. Bien, ahora supongamos que el tema le atrae, despierta su inter s, remueve su curiosidad. Es dinero, a qui n no le gusta el dinero? De todas maneras ya cambia tiempo por dinero en su trabajo a diario, y si este da m s?, y si puede sacarle m s provecho a su tiempo?
Bueno, de acuerdo, se puede mirar, pero, de qu forma lo logra?, d nde est el truco?
Entonces se decide a probar, y descubre que el procedimiento exige concertar una audiencia con este individuo, exponer su caso y tras ello, pasado un per odo de tiempo indeterminado, y si tiene la suerte de ser una de esas pocas personas seleccionadas, ser informado por medio de una carta extra amente decorada, que en su interior contendr un texto igual a este: