Muy bien haces, oh alma, en buscarle siempre escondido, porque mucho ensalzas a Dios y mucho te llegas a l, teni ndole por m s alto y profundo que todo cuanto puedes alcanzar; y por tanto, no repares en parte ni en todo de lo que tus potencias pueden comprehender, quiero decir, que nunca te quieras satisfacer en lo que entiendes de Dios, sino en lo que no entendieres de l; y nunca pares en amar y deleitarte en eso que entendieres o sintieres de...