Un soldado que hace guardia en una garita, y que ya ha terminado el tiempo reglamentario de vigilancia, espera impaciente ser relevado de su puesto. Pero el relevo no llega y empieza, primero a enfadarse, luego a preocuparse y, finalmente, a adaptarse a unas sorprendentes consecuencias que motiva ese retraso. Y el tiempo, implacable, sigue, sigue y sigue pasando..., y pasando.