Hubo un tiempo en el que la pen nsula ib rica estaba inmersa en guerras constantes. Fueron siglos de batallas c lebres, valientes gestas que los juglares luego cantaron por tabernas y plazas. Pero hay una historia que siempre callaron, quiz porque nadie se atrevi entonces a contarla. La de un joven caballero llamado Diego. Diego no es un muchacho cualquiera, es el hijo del mayor h roe de la poca. Su padre, Rodrigo D az de Vivar, se...