Cuando pensamos en avivamiento, autom ticamente, viene a nuestras mentes el tremendo avivamiento que experiment la Iglesia primitiva. Aquellos anegados, comprometidos y fieles seguidores de Cristo que fueron llenos del Esp ritu Santo en el d a de Pentecost s. Floreci un maravilloso despertar espiritual, el Evangelio se extendi por todo el mundo de entonces conocido y decenas de miles de almas inconversas se convirtieron al Se or. Pero si seguimos...