Un habitante de una metr poli en cualquier lugar del mundo, usted o yo, puede hallarse completamente desadaptado a ese entorno que los hombres hemos creado como una segunda Naturaleza, la ciudad y sus ritmos y exigencias. Nuestro personaje deriva por los meandros absurdos de un modelo en que el desarrollo s lo nos ha tra do jornadas m s largas de trabajo y una calidad de vida de madriguera de ratas, sin entenderlo, o entendi ndolo demasiado, hasta...