Cuando alguien escribe una historia, un poema, un relato, en fin; cuando trae a la luz una de sus ocurrencias literarias, entonces ya ha experimentado el mayor de los placeres derivados del hecho. En consecuencia, lo que resta es, si se quiere, procurar que otros puedan leerlas, brindando as a contempor neos y a futuras generaciones una fuente de entretenimiento. Es ese el sencillo motivo que tengo para hacer p blica la colecci n que ahora tiene...