Liberado prematuramente por motivos pol ticos de un estricto encarcelamiento, Jos And jar, apenas abandona las cuatro paredes que han sido testigos mudos de su expiaci n de culpas, acepta de buena gana una delicada misi n en Jerusal n. Cruzar el Mediterr neo y sentirse til representa para el atormentado hombre comenzar a vivir de nuevo.