Los ap stoles Pedro y Judas no hubieran hecho postmodernistas buenos. Ellos insisten que hay tal cosa como un absoluto, una verdad no negociable, adem s de error y decepci n. Ellos hablan de falsas doctrinas y aquellos que las ensenan como si ellos realmente creen que la eternidad se sostiene en balance y que Dios, lejos de encojar sus hombres como un buen relativista, toma los asuntos de la verdad y la autoridad espiritual muy seriamente. Hoy d a,...