Nemesio Vargas, parece estar transitando sus ?ltimos d?as como detective privado. A la poca presencia de clientes, se le suma el hecho de que debe unos cuantos meses de alquiler de la oficina en donde desempe?a su oficio. Solo espera el llamado del hombre que le renta la propiedad. Y ya sabe lo que le dir? este. Sin embargo, cuando suena el tel?fono, y atiende el llamado, del otro lado de la l?nea no est? un hombre, sino una mujer joven. Esta desea...