La literatura de horror, que proporcion estremecimientos y escalofr os a generaciones enteras, hoy no infunde temor en el esp ritu de lector alguno, pero nos ofrece, a cambio, una invaluable llave de plata para escapar del vac o cotidiano y para evadirnos por un instante de los nocivos efluvios inherentes al mundo material y a la vulgar realidad. Los ambientes g ticos y antiguos dan un alivio est tico a nuestra mente, intoxicada por la fealdad de...