La constante depreciaci n de los valores democr ticos y el notable choriceo de la clase pol tica, son factores distintivos de un Gobierno imaginario cuyo parecido con el de Espa a de 2015 es pura coincidencia. Los ciudadanos, v ctimas indefensas, se sienten incapaces de revertir la situaci n, y los medios de comunicaci n, rendidos a la oligarqu a financiera, se encargan de disolver cualquier posible rebeli n. Pero la sensaci n de orfandad de la ciudadan...